Los sistemas de seguridad que todo auto nuevo debe tener en México

Afortunadamente, de hace un tiempo a la fecha, la movilidad en México, con su inherente complejidad y dinamismo, ha planteado debates constantes sobre la seguridad de quienes transitamos por sus caminos.

Durante mucho tiempo, la conversación sobre los elementos de protección en los vehículos parecía un eco lejano de las discusiones en otras latitudes. Pero ahora un cambio significativo comenzó a gestarse con la introducción de normativas más estrictas, entre las que destaca la NOM-194-SE-2021, vigente desde abril de 2023.

Esta regulación no es simplemente un conjunto de requisitos técnicos; representa una evolución en la manera en que concebimos la protección de conductores y pasajeros en el país, aunque, como todo avance, merece un análisis profundo sobre sus alcances y los desafíos que aún persisten.

Una necesidad latente de mayor protección

Antes de que la NOM-194 tomara plena vigencia, el panorama de la seguridad en los autos nuevos en México presentaba contrastes notorios. Mientras algunos fabricantes, por iniciativa propia o por responder a mercados de exportación más exigentes, ya incorporaban tecnologías de seguridad avanzadas, muchos otros ofrecían modelos básicos con equipamiento de protección limitado, especialmente en los segmentos de entrada.

Esto generaba una disparidad preocupante: la seguridad parecía un lujo y no un derecho fundamental. Por consiguiente, las estadísticas de siniestralidad vial reflejaban una problemática que demandaba atención urgente y medidas concretas por parte de las autoridades.

Esa ausencia de un estándar obligatorio robusto permitía que vehículos con niveles de seguridad deficientes circularan legalmente, poniendo en riesgo la integridad de miles de personas.

Desentrañando la NOM-194-SE-2021: Más que una simple lista de equipamiento

Esta Norma Oficial Mexicana NOM-194-SE-2021 llegó para establecer un piso mínimo en cuanto a los dispositivos de seguridad obligatorios que deben incorporar todos los vehículos ligeros nuevos comercializados en territorio nacional.

Su propósito fundamental es, precisamente, reducir la probabilidad de lesiones graves o fatales en caso de accidentes. Lejos de ser un mero listado, esta norma teje una red de protección que comienza con los elementos más conocidos.

Así pues, se volvió mandatorio que los coches cuenten con bolsas de aire frontales para conductor y pasajero, un elemento que, si bien ya era común, no estaba universalmente garantizado.

Igualmente, los frenos con sistema antibloqueo (ABS) pasaron a ser un estándar, una tecnología crucial para mantener el control del vehículo durante frenadas de emergencia, evitando el derrape y permitiendo maniobrar.

Quizás uno de los avances más significativos fue la exigencia del Control Electrónico de Estabilidad (ESC). Este sistema, a menudo subestimado, interviene automáticamente para corregir la trayectoria del vehículo en situaciones de pérdida de adherencia, siendo un verdadero ángel guardián electrónico que previene volcaduras y salidas del camino.

Esta norma también contempla otros aspectos vitales. Los cinturones de seguridad de tres puntos en todas las plazas, junto con los recordatorios de uso, buscan asegurar que este dispositivo básico, pero increíblemente efectivo, se utilice correctamente.

Para la protección de los más pequeños, se volvieron obligatorios los anclajes LATCH o ISOFIX, sistemas estandarizados para la correcta instalación de sillas infantiles, un punto crítico para la seguridad de los niños.

Del mismo modo, se especifican requisitos para los reposacabezas, diseñados para mitigar el latigazo cervical en colisiones por alcance, y pruebas de impacto frontal y lateral, que buscan garantizar una integridad estructural mínima del habitáculo. En esencia, la NOM-194 busca que la estructura del auto y sus sistemas internos trabajen en conjunto para proteger a sus ocupantes.

El impacto real en las carreteras y en el mercado automotor

Naturalmente, la implementación de la NOM-194-SE-2021 ha tenido repercusiones. Desde una perspectiva optimista, se espera que la mayor presencia de estos sistemas de seguridad activa y pasiva contribuya gradualmente a una disminución en la gravedad de los siniestros viales.

Tener vehículos mejor preparados para enfrentar colisiones o, idealmente, para evitarlas, es un paso en la dirección correcta. No obstante, este avance también ha implicado un ajuste en los costos de producción para los fabricantes, lo que, en algunos casos, pudo haberse reflejado en el precio final para el consumidor.

Aquí es donde la conversación se torna más compleja. Si bien la seguridad no debería tener precio, el acceso a vehículos nuevos se ve influenciado por el poder adquisitivo. Las ventas de autos en México son un indicador sensible a estos cambios.

Para algunos consumidores, un ligero incremento en el precio podría significar la diferencia entre adquirir un auto nuevo con estos estándares o recurrir al mercado de usados, donde la normativa no aplica retroactivamente.

Por otro lado, la estandarización obliga a las marcas a competir ofreciendo valor agregado más allá de lo mínimo indispensable, lo cual es positivo. La norma, de hecho, ha impulsado a que algunos modelos eleven su equipamiento base, beneficiando al consumidor que ahora recibe un producto intrínsecamente más seguro sin tener que pagar extras por ello en muchos casos.

Avances significativos y retos persistentes

Indudablemente, la NOM-194-SE-2021 representa un avance significativo para la seguridad vehicular en México. Ha elevado el estándar mínimo y ha puesto el tema en la agenda pública y de la industria.

Gracias a ella, tecnologías que antes eran opcionales o exclusivas de gamas altas hoy son parte del equipamiento básico. Esto es un logro que merece reconocimiento.

Con todo, el análisis crítico nos lleva a identificar áreas de oportunidad. Una de las principales inquietudes radica en la velocidad de actualización de la norma. La tecnología automotriz avanza a pasos agigantados; sistemas como el frenado autónomo de emergencia (AEB), la alerta de cambio de carril o el monitor de punto ciego ya son comunes en otros mercados y han demostrado su eficacia.

Si bien actualizada en su momento, la NOM-194 podría necesitar revisiones más frecuentes para incorporar estas nuevas tecnologías y no quedarse rezagada.

Otro punto de reflexión es la supervisión y el cumplimiento efectivo. Contar con una buena norma es el primer paso, pero asegurar que todos los vehículos realmente cumplan con cada especificación a través de pruebas rigurosas y transparentes es fundamental.

La comunicación hacia el consumidor también es clave; es necesario que la gente conozca y entienda la importancia de estos dispositivos para que pueda tomar decisiones de compra más informadas y valorar los esfuerzos en seguridad. Puesto que la seguridad es una responsabilidad compartida, la industria, el gobierno y los usuarios deben trabajar conjuntamente.